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Investigando sobre la vida del Doctor Maradona hallé en Facebook dos grupos en su memoria. En ambos había fotos sobre la vida del Doctor, anécdotas y palabras de admiración hacia su persona. Entre todos los posteos uno en particular llamó mi atención: una carta manuscrita de dos carillas que el doctor Maradona le había enviado a una persona.
El texto era extenso y de una cuidada caligrafía. Comencé a leerla y observé que aquella carta estaba destinada a Ramón Otero, el mismo nombre que figuraba como administrador de la fan Page.
Así que jugando a ser periodista contacté a Ramón y no sólo me envió un audio contándome cómo había conocido al doctor, sino que además nos compartió un montón de material y datos relevantes sobre el médico rural hasta una canción que le hicieron en homenaje a su vida.
Y es que la vida del Doctor Esteban Laureano Maradona merece ser homenajeada. No sólo por la gran labor humanitaria y profesional sino por su filosofía de vida, de desapego material, de no reparar en quién era el que necesitaba ser atendido, porque para el doctor “el dolor no tenía fronteras” y con esto queda claro que lo que no tenía límites era su grandeza, su humanidad, su amor desinteresado al prójimo.
Ramón nos contó que conoció al doctor a través de un programa de televisión y que al escucharlo quedó deslumbrado con la historia de su vida. Y que luego, años más tarde, esa fascinación aumentó el día que decidió enviarle una misiva y tuvo como respuesta aquella hermosa carta de dos carillas.
Tiempo después Ramón viajó a Rosario por circunstancias de la vida. Como la admiración hacia el doctor aún permanecía intacta, se comunicó con una sobrina y se animó a visitarlo a su casa de calle Castellanos 321. A través de un audio Ramón nos cuenta sobre las profundas conversaciones que mantuvieron aquella tarde y, como lo hacen los grandes maestros, el Doctor le pronunció frases que hasta el día de hoy atesora entre todos sus recuerdos.
Hay algo que se comparte en los relatos de quiénes nos cuentan sobre la grandeza de su vida, algo que se presiente en la manera de nombrarlo: El doctor Esteban Laureano Maradona ha tocado las almas de todos ellos y dejado con su ejemplo de vida imborrables huellas en sus memorias.
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